domingo, 11 de junio de 2017

Un indigente logra un techo gracias al éxito de su libro

La salvación de Jean-Marie Roughol fue una frase de desprecio viajando hacia los oídos adecuados. Este indigente parisino pedía limosna en los Campos Elíseos cuando vio cerrar el candado de su bicicleta a Jean-Louis Debré, exministro del Interior y uno de los políticos más reputados de Francia. Roughol lo reconoce y le propone vigilársela mientras el dirigente entra a un complejo de tiendas. La breve conversación atrae la atención de una pareja. "¿Has visto? ¡Debré está hablando con un vagabundo!", le suelta él a ella en tono burlón. Lo oyen, y en un impulso de rabia, Debré le espeta la frase que lo cambiaría todo. "Escucha Jean-Marie, yo creo que tú tienes mucho más que contar que esa gente. Escríbeme tu historia. Escríbeme tu vida. Escríbeme un libro. Yo lo corregiré y encontraré un editor".

De ese encuentro fortuito con el antiguo ministro allá en 2013 salió a la luz dos años después una obra: Pido limosna: una vida en la calle, que ha vendido más de 40.000 ejemplares. Su éxito le llevó a entrar en la lista de los más vendidos en Amazon Francia y a ser traducido al chino, el coreano o el checo. Fue el inicio de un cambio de vida. Roughol tiene un techo desde que cobró los derechos de autor el año pasado. Un giro radical para un hombre que a sus 49 años ha habitado en esa despiadada trituradora de personas llamada calle la mayor parte del tiempo en las dos últimas décadas y ha salido con vida.

En su vivienda parisina, un pequeño estudio por el que paga 530 euros al mes de alquiler, la cafetera ruge. Roughol presume de fumar menos y enciende un cigarrillo cada veinte minutos. El debate político resuena en la televisión ante la inminencia de las elecciones. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon es su preferido. "Un hombre que piensa en los desfavorecidos", le alaba. En la pared, sobre un mapa de París, aparecen señalados más de una decena de emplazamientos. Son los lugares donde ha ejercido la mendicidad.

l relato de Roughol, tanto en las páginas de su libro como de viva voz, es la historia de un buscavidas. Días y noches al raso. Las avenidas y bulevares de París, tan agradecidos con el viajero de paso, convertidos en armas mortíferas para sus inquilinos. De sus inhóspitas calles se refugia en andenes de metro habitados por ratas del tamaño de gatos y toxicómanos con la mirada perdida que algunas noches gritan entre delirios. También en los huecos de la escalera de cualquier edificio, de donde lo echan de malos modos; en casas okupadas sobre las que pende la amenaza de la llegada de la policía; en hostales plagados de cucarachas; bajo los cartones en cualquier esquina, o en albergues nauseabundos en los que apenas pega ojo víctima de robos y de la sinfonía de gases y ronquidos ajenos. A veces sube al último metro, se esconde bajo los asientos cuando todos los pasajeros salen, y al llegar el vehículo al garaje donde pasa la noche, sale de su guarida y se tumba a dormir en el vagón vacío, protegido de la inclemente meteorología.

Su primera noche en la calle, desorientado, sucio, recién retornado de hacer el servicio militar, sin haber cumplido aún los 20 años, sin familia ni trabajo, la pasa entre los arbustos del parque parisino de Buttes-Chaumont, oculto a los ojos de los guardias. Al día siguiente descubre las duchas públicas y trucos para procurarse comida. "Resbuscaba en las papeleras. Las cercanas a panaderías y tiendas de alimentación eran las mejor surtidas. Encontraba pan, dulces todavía envueltos o frutas".

 Como recuerda entre calada y calada, cada jornada era para él un nuevo aprendizaje en el arte de sobrevivir. No son raros sus encontronazos violentos por el territorio. Sobre todo con bandas del Este. Toma consciencia de los peligros y empieza a llevar encima una navaja o un bastón para protegerse. "Si quieres echarme tendrás que matarme", dice a los que tratan de expulsarle de la zona donde pide limosna. Allí le acompañan amigos con los que forma un grupo digno de Los Miserables de Victor Hugo. Patrick, el hombre callado que solo da los buenos días. Gilles, el inventor de historias inverosímiles. Los veranos son la peor época. Deshidratado bajo la tiranía del sol y con los contribuyentes habituales de vacaciones, descubre que los turistas son un mal negocio para el sintecho. Nada que ver con el maná de la Navidad.

Antes de publicar el libro, en los días más productivos recauda unos 60 euros. En su camino se topa con lo peor de la condición humana. "No queremos vagabundos en Francia", le gritan entre insultos. A la vez constata la existencia de pequeños milagros: el desconocido que le da 300 euros. El bar que le permite comer gratis. Las anónimas manos que dejan una moneda en su vaso.

Cuando Debré le propuso escribir el libro, su primera reacción fue de vértigo. "No sé escribir, tengo faltas de ortografía", le advirtió. Pero dijo sí. Durante un año y medio alternó la escritura con el vaso extendido al viandante a modo de súplica. En ese tiempo vuelve sobre recuerdos lejanos y recientes. El vagabundo escribiendo en un parque o un café. El vagabundo haciendo memoria del abandono de su madre a los cinco años, de las brutales palizas de su padre, un camionero alcohólico, y del maltrato de los padres adoptivos con los que convivió temporalmente. El vagabundo, entonces niño, inventándose el regalo de cochecitos en Navidad para no ser el único del aula en admitir que Papa Noel no fue a su casa. El vagabundo recordando el día en que dos hombres intentaron robarle la mochila cuando pedía limosna y logró echarlos a golpes.

Llena cuadernos y se reúne con Debré en cafés de París, donde lo invita a comer mientras discuten sobre el texto. Alguna vez se ven en su elegante despacho del Consejo Constitucional y Roughol se mueve impresionado entre sus majestuosas estancias doradas. El político lo entrevista durante horas para llenar las lagunas de su historia. En ella hay momentos en los que parece salir del agujero con trabajos temporales, reparando averías como electricista o preparando crepes junto a los clubes de striptease de Pigalle. Con sus empleadas comparte lecho alguna noche. También hay momentos oscuros: fue detenido y multado por robar en una casa, aunque no entró en prisión.

La vida de Roughol es ahora cómoda. Duerme caliente, come caliente, se ducha caliente. Y de ser parte invisible del mobiliario urbano ha pasado a recorrer los estudios de radios y televisiones. La fama no ha zanjado la inquietud sobre su futuro económico más allá del libro. Dice que por eso cada mañana se lanza a la calle y sigue pidiendo dinero a los viand

antes. Más aseado y mejor afeitado que tiempo atrás.

En el camino hacia el lugar habitual donde pide, un indigente se le acerca intuyendo en él a un personaje importante al ver que está siendo grabado por un cámara para este reportaje. Huele el dinero. Le implora unas monedas para un café y Roughol, que se sabe observado, se las da y le cuenta que él también es un hombre de la calle tendiéndole su libro como prueba. El joven le observa con incrédula admiración y se despide de él con un apretón de manos.

 En la cálida forma de saludar y relacionarse con los que están habituados a verle pedir en la calle se atisban en Roughol motivaciones que desbordan la cuestión financiera. Reconoce que le empuja una cierta nostalgia. Como el preso que quiere regresar a prisión porque añora a sus compañeros de celda o simplemente porque el ser humano es un animal de costumbres. Porque como ha conocido en la persona de algunos de sus compañeros de periplo (muertos de frío, accidentes o enfermedades) la calle mata, pero es el centro de un inagotable universo de estímulos que ahora no encuentra en el silencio de su pequeño apartamento.


Entre sus paredes, dedica las tardes a escribir la adaptación de la obra al teatro buscando prolongar el éxito que le sacó de las esquinas. Ha descubierto que las palabras, mezcladas de una determinada manera, también pueden salvar vidas. "Si no hubiera escrito el libro, seguramente yo también habría muerto en la calle".

sábado, 10 de junio de 2017

Nueva York convierte una parada de metro en biblioteca; ofrece ebooks gratis

NUEVA YORK.- La agencia de transporte de la ciudad de Nueva York remodeló una estación de metro para simular el interior de la histórica sala de lectura de la New York Public Library.

La iniciativa forma parte de un proyecto que también ofrece libros en formato ebook gratis para los pasajeros.

Los viajeros podrán acceder a cientos de ebooks de forma gratuita durante las seis semanas que durará la campaña “Subway Library”.

Para el presidente de la New York Public Library, Tony Marx, la promoción anima a la lectura y curiosidad, y agregó que la colaboración con la Metropolitan Transportation Authority está “en el buen camino”.


La Brooklyn Public Library y la biblioteca de Queens también participan en el proyecto.

viernes, 2 de junio de 2017

ERASE UNA VEZ

Un día como hoy, 2 de junio del año 1740, nació el escritor y filósofo francés Donatien Alphonse Francois de Sade, mejor conocido como Marqués de Sade. Sus obras están marcadas por la aparición de mucha violencia, antihéroes que justifican sus depravaciones, actos de  parafilia, en fin, el triunfo del vicio sobre la virtud.
De ahí que fuera perseguido y encarcelado por los diferentes regímenes de Francia, pasando 27 años en diversas cárceles y asilos para locos.
Debido al marcado ateismo de sus obras, la iglesia católica lo incluyó en su “Index librorum prohibitorum” o Indice de Libros Prohibidos.
Los titulos y el contenido de sus obras: Los crímenes del amor, Justine o los infortunios de la virtud, Juliette o las propiedades del vicio, Las 120 jornadas de Sodoma, nos dan una idea de porqué la palabra SADISMO    (sentir placer ante  el dolor ajeno), se tomó como un derivativo de Sade.


jueves, 1 de junio de 2017

1 de junio

Bienvenido junio

JUNIO
Hoy es jueves 1° de junio de 2017, sexto mes del año en el calendario gregoriano, el cual consta de 30 días.

Origen.- El nombre de junio se atribuye  a Juno, diosa romana del matrimonio y la maternidad; aunque otros plantean que este nombre alude a Junio Bruto, uno de los fundadores de Roma. Los menos dicen que este mes era dedicado a la juventud (jeune).
Hoy es el inicio de la temporada ciclónica para el Atlántico Norte, Golfo de México y el Área del Caribe, donde se esperan 11 tormentas, cuatro de las cuales podrian convertirse en huracanes.

Junio en la historia dominicana
3 de junio de 1913.- Nacimiento del  poeta Pedro Mir,  Poeta Nacional de la República Dominicana.

5 de junio.-  Día Mundial del Medio Ambiente.

6 de junio de 1912.- Nacimiento en Barahona de la llamada  Reina del tecnicolor: África María Gracia Vidal, mejor  conocida como María Montez, primera actriz dominicana en filmar películas en Hollywood.

14 de junio de 1913.- Nacimiento en San Rafael del Yuma del escritor Ramón Marrero Aristy.
14 de junio de 1959.- Tropas del Movimiento de Liberación Dominicana, más tarde conocido como Movimiento Revolucionario 14 de Junio,  desembarcó en  Constanza, Maimón y Estero Hondo, con el objetivo de derrocar la tirania trujillista. Su comandante lo era el legendario revolucionario  Enrique Jimenez Moya.

17 de junio de 1905.- Muerte del general Máximo Gómez, libertador de Cuba, nacido en Baní, República Dominicana.

29 de junio de 1884.- Nacimiento  en Santo Domingo del gran humanista Pedro Henríquez Ureña.

30 de junio de 1909.- Nació en provincia de  La Vega, Juan Emilio Bosch y Gaviño, escritor y político. Primer Presidente electo democráticamente (20 de diciembre del 1962).


martes, 30 de mayo de 2017

Trujillo, ven a vé

Hoy se cumplen 56 años del ajusticiamiento de "la bestia", Rafael Leónidas Trujillo Molina, uno de los dictadores más sanguinarios del continente.


Cuando leo algunos pronunciamientos de jóvenes de nuestro país acerca de este nefasto personaje ("Trujillo ven a vé" o " aquí lo que hace falta es un Trujillo"), tengo la impresión y casi la seguridad de que la democracia y el sistema de partidos dominicanos fracasaron. 
Los vicios de la dictadura se reproducen c
on tal magnitud en esta mal llamada democracia, que parecería que es preferible volver a aquel régimen. Craso error.
Es verdad que Trujillo y su familia no robaban. Y para qué si el país era de ellos? Quién se roba lo suyo?
No había delincuencia ni criminalidad. Obviamente, ellos no permitían competencia, eran los únicos.
La pobreza no era un problema, pues la ignorancia y los discursos ayudaban a que la gente no se percibiera como pobres.
Había mucha seguridad...Claro, para los que no hablaran mal del régimen. Los muertos y desaparecidos se cuentan por decenas de miles. Era prohibido pensar y hablar.
Si hoy algunos aclaman a Trujillo, es debido, en primer plano, a que no vivieron aquella Era o eran parte del círculo privilegiado, y segundo, a la decepción que la clase política ha generado en el pueblo.
Soy de los que creen que el paso de la dictadura a la democracia murió con el derrocamiento de Juan Bosch.
Cuatro años de gobierno del Profe habrían sido suficientes para que hoy nadie estuviera gritando: Trujillo, ven a vé.

lunes, 29 de mayo de 2017

Odebrecht sacude la clase política

República Dominicana.- Lunes 29 de mayo, 2017

Apresados en caso sobornos Odebrecht hasta la 8:25 a.m.
1-Víctor Díaz Rúa
2-Andrés Bautista
3-Temístocles Montás
4-Ruddy González
5-Radhamés Segura
6-Roberto Rodríguez
7-César Sánchez
8-Angel Rondón

9-Conrado Pitaluga