viernes, 28 de noviembre de 2014

Congreso reconoce a artistas nacionales y extranjeros de histórico concierto “Siete días con el Pueblo”

Santo Domingo.-
La Cámara de Diputados y el Ayuntamiento del Distrito Nacional otorgaron pergaminos de reconocimiento a las figuras nacionales e internacionales protagonistas del evento "Siete días con el pueblo", celebrado hace 40 años en el país.

Dichos homenajes se realizan en el marco de la celebración del aniversario del gran acontecimiento cultural,  que   el Ministerio de Cultura  inició con actividades desde el 25 de noviembre al primero de diciembre de este año.

 Entre los reconocidos figuran artistas locales y extranjeros que participarán mañana en el concierto conmemorativo, al celebrarse en la Fortaleza Ozama, a partir de las 7 de la noche.

 Las figuras internacionales homenajeadas fueron Bernardo Palombo y Mercedes Sosa (póstumo), de Argentina; Silvio Rodríguez y Noel Nocola, de Cuba; Pi de la Serra, Víctor Manuel y Ana Belén, de España; Danny Rivera, Lucecita Benítez, Roxana, Silverio, El Topo, Andrés Jiménez, y Estrella Altau (póstumo), de Puerto Rico.
 De México Guadalupe Trigo (póstumo); Roberto Darvin, de Uruguay; y de Venezuela Guaraguao y Gloria Martin.

 Mientras que del país fueron reconocidos Enrique de León, Nelsida Marmolejos y Francisco Antonio Santos, entre otros.
Fuente: Listín Diario

 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Estudio revela la posición correcta para ir al baño



 
Todos los seres humanos, sin excepción, tenemos algunas cosas en común, una de ellas es que sin importar nuestra nacionalidad, sexo o gustos todos vamos al baño.

A pesar de que defecar es una de las necesidades fisiológicas del ser humano, la mayor parte de la población lo hace mal. Y es que con la llegada de los nuevos retretes, que permiten sentarse como en una silla, se cambió la forma en la que se va al baño.

De acuerdo al sitio “terra”, la Universidad de Stanford reveló en un estudio que la mejor posición para ir al baño es en cuclillas. Esta posición relaja los músculos y crea el ángulo perfecto para facilitar la evacuación.

De acuerdo con el doctor Henry L. Bockus en su libro Gastroenterology explica: “la postura ideal para defecar es la posición de cuclillas, con los mulsos flexionados sobre el abdomen. De esta manera disminuye la capacidad de la cavidad abdominal y aumenta la presión intra-abdominal, que favorece la expulsión”.

Al respecto, el doctor francés Frédéric Saldmann, en su libro El mejor medicamento eres tú explica: “Piensa en una manguera de riego llena de agua medio doblada: cuesta que el agua salga. Es exactamente lo que ocurre al estar sentado. Cuando el sujeto se pone de cuclillas el ángulo se abre, el pliegue desaparece y el agua puede evacuarse con facilidad”.

Esto no quiere decir que tengas que remodelar completamente tu baño. Hoy en día existen formas de lograr la postura correcta para defecar correctamente. La empresa estadounidense Squatty Potty lanzó al mercado un taburete que se adapta al retrete y permite crear el ángulo correcto que permita al cuerpo una mejor evacuación.

Es importante que tomes seriamente esta información, ya que si sufres estreñimiento, hemorroides, colítis, cáncer de colon o trastornos de erección es posible que se relacione con una mala postura al momento de defecar.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Personas víricas que consumen energía

Seguro que usted se ha visto alguna vez en esa situación en la que después de mantener una conversación con un amigo se ha sentido desolado, ha contemplado el mundo con más tristeza y menos entusiasmo que antes de empezar la conversación, o ha pensado: “Madre mía, a este amigo no le pasa nada bueno, siempre tiene una queja”.
Y en situaciones extremas, ha escuchado el teléfono, ha visto el nombre de la llamada entrante y ha dejado de atenderlo porque sabe que esa persona, de alguna manera, le va a complicar la vida: le va a contar un nuevo problema o seguirá hablando de su monotema, por lo general con temática “desgracia”. La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.

 ¿Quiénes son las personas víricas? Aquellas que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, de envidia o cualquier otro tipo de emoción negativa que hasta ese momento no se había manifestado en su cuerpo. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, poco a poco, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida.

 El origen de la persona vírica puede ser variado: el mal genio, la envidia, la falta de consideración, el egoísmo, la estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.

 Víricos pasivos. En esta categoría incluyo a los victimistas, los que echan la culpa de todo su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables de lo malo que les ocurre porque son los demás o las circunstancias los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a obtener la atención a través de la queja y eso es cómodo. Se sienten maltratados por la vida y abandonados de la suerte. Por supuesto, le hacen sentir mal a quien no les presta la atención de la que se creen merecedores. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía.

Víricos caraduras. Son los que siempre le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de estar atentos a sus necesidades. No mantienen relaciones bidireccionales en las que entreguen tanto como reciben. Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento. Son egoístas y egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional. Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.

 Víricos criticones. Viven de vivir la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. No espere palabras de reconocimiento hacia los demás ni que hablen de forma positiva de nadie, porque el que a los demás les vaya bien, les potencia su frustración como personas. No saben competir si no es destruyendo al otro. Arrasan como Atila. Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica. Y la culpa luego arrastra al virus del remordimiento.

 Víricos con mala idea. Manténgalos bien lejos. Están resentidos con la vida, ya sea porque no han sido capaces de gestionar la suya o porque la suerte no les ha acompañado. Anticipan que las personas son interesadas y no esperan nada bueno de ellas. Todo lo interpretan de forma negativa, a todo el mundo le ven una mala intención. Viven en un constante ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. No soportan que otros tengan éxito, esfuerzo y fuerza de voluntad, porque estas actitudes de superación les ningunean todavía más. Con estas personas sufrirá el contagio del virus indefensión, inseguridad, impotencia y ansiedad.

 Víricos psicópatas. Para los que no lo sepan, no hace falta ser asesino en serie para ser un psicópata. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir la menor culpabilidad, remordimiento y sin pasarlo mal. De estos hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto a propósito, pegan, amenazan y provocan que se sienta ridículo, menospreciado, y se cargan la autoestima. Ante ellos, salga corriendo, porque el que lo hace una vez, repite. Si le permite que le maltrate, usted terminará pensando que ese es el trato que merece. Con estas personas sufrirá el contagio del virus miedo y odio. Muy difícil de erradicar, perdura durante mucho tiempo en su memoria.

 Mecanismos de defensa. Para evitar el contagio de los víricos victimistas, lo primero que hay que hacer es pararles. Decirles que estará para ayudarles a tomar decisiones y solucionar problemas, pero no para ser el pañuelo en el que ahogan sus penas sin implicarse. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse y actuar porque optan por el camino fácil: llorar.

 Dígale que estará encantado de ayudarle siempre y cuando se movilice. Y si no lo hace, decida alejarse de alguien que ha tomado la decisión de ser un parásito toda la vida. No lo está abandonando, le está dando aliento para que actúe. Si decide no tomar las riendas de su vida, ser su paño de lágrimas, tampoco será una ayuda. Se gasta la misma energía quejándose que buscando soluciones. La primera opción consume y resta, y la segunda suma.

 Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Si usted no hace prevalecer sus necesidades y prioridades, ellos tampoco lo harán. Una cosa es ser solidario y otra muy distinta estar a disposición de todos y no estar nunca para uno mismo.

 No permita que la persona vírica criticona haga juicios de otras personas que no estén presentes. Si lo hace con otros, también lo hará cuando usted no esté presente. No entre en su juego ni se identifique con esa conducta. Dígale que no le gusta hablar de personas que no están presentes. Y si se trata de rumores, dígale que no tiene la certeza de que el rumor sea cierto. Los rumores, la mayoría de las veces, son infundados, falsos o exagerados. Se propagan como el viento, y a pesar de que luego se compruebe que son falsos, el daño ya está hecho. Actúe como le gustaría que lo hicieran, con respeto, discreción y veracidad. Es más importante ser ético que evitar un conflicto con un criticón.

 Y por último, no permita que nadie le falte al respeto y mucho menos le maltrate ni psicológica ni físicamente. Como personas, todos merecemos un trato digno. Hágase valer. Pida ayuda, póngase en su sitio, no consienta una segunda oportunidad a quien le ha hecho daño. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada, absolutamente nada, autoriza la falta de respeto y el maltrato físico y psicológico. Y esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos.

 Rodéese de personas de bien, que le quieran y que se lo demuestren, que le hagan feliz, con las que salga con las pilas recargadas. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar. Hay mucha gente dispuesta a ello. No las deje escapar. Las personas estamos para ayudarnos, somos un equipo.

 

Fuente: Patricia Ramírez -El País

domingo, 2 de noviembre de 2014

Existe realmente la Conchinchina?

La Conchinchina era el lugar, nunca supimos si real o imaginario, al que nuestras madres se referían cuando querían hablar de algo que estaba realmente lejos: "He tenido que ir hasta la Conchinchina".

Pues bien, existe una región al sur del actual Vietnam que se llama así; el nombre procede del francés Cochinchine, sin ene en la primera sílaba. El exotismo de la palabra, unido a la lejanía del país, acabó por identificarla como sinónimo de lugar remoto.

La Cochinchina pasó a la historia de España cuando en 1858, tras el asesinato de misioneros españoles y franceses que predicaban en la zona, obispo incluido, los gobiernos de dichos países decidieron enviar una expedición de castigo contra los lugareños. Dicha expedición, en la que participaron unos 3000 hombres de ambos ejércitos europeos, duró hasta 1862, en que fue firmada la paz y en la que el territorio conquistado (Saigón como principal baluarte de la zona) pasó a formar parte de Francia.
 
Fuente: Wikipedia

sábado, 1 de noviembre de 2014

El Puente de las Artes: homenaje al amor eterno

El Puente de las Artes es famoso por todo el mundo porque ha sido utilizado como escenario para una costumbre de parejas que visitan la ciudad de París. El gesto consiste en cerrar un candado en las rejas de las barandas del puente, el cual tiene escrito los nombres de la pareja o algún otro mensaje. Posteriormente la llave del candado es arrojada al río Sena, simbolizando que el amor entre ambos será eterno.