VIERNES SANTO EN FILIPINAS: CRUCIFIXIONES EN VIVO
La Semana Santa más polémica de todo el mundo se produce en Filipinas (el único país católico de Asia). En concreto, en la localidad de San Pedro de Cutud. Allí, cada Viernes Santo se crucifican 10 hombres y se flagelan un centenar de penitentes. Entre esos 10, hay un elegido: el que representará a Jesús. Para ello, todo el pueblo participa en la representación del prendimiento y crucifixión de Cristo. El ‘Mesías’ de turno, vestido de blanco, espera en su casa a que lleguen los centuriones romanos que lo conducen ante Poncio Pilatos.
Una vez condenado, carga con una pesada cruz y una corona de espinas (¡de espinas de verdad!) durante dos kilómetros, en su particular Vía Crucis, seguido por los penitentes que, encapuchados, se azotan las espaldas desnudas y sangrantes rítmicamente.
Ya en su Gólgota particular, estos hombres se crucifican de verdad: clavos de verdad sobre manos y pies de verdad. Una costumbre que se extiende a algo más de medio siglo pero que sólo desde 1992 cuenta con crucificados reales. La polémica, obviamente, está servida, ya que el Gobierno sabe del potencial turístico de este espectáculo y no quiere dejarlo escapar, aun cuando el propio Vaticano se muestra en contra de esta representación.
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