EFE
Río de Janeiro
La directora general de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, afirmó ayer en Brasil
que la crisis del virus del Zika va a agravarse en lugar de mejorar a corto
plazo pero descartó que pueda ser una amenaza para los Juegos Olímpicos que Río
de Janeiro organizará en agosto.
"Las cosas van a empeorar
en lugar de mejorar. Tienen que estar preparados para sorpresas", afirmó
la especialista en una rueda de prensa que concedió ayer en Río de Janeiro,
donde concluyó su visita de dos días a Brasil, el país más afectado por el
zika.
Chan afirmó que 40 países ya
registraron casos autóctonos del zika y que ese número debe crecer, y advirtió
que también se puede esperar un aumento del número de casos de bebés con
microcefalia en otros países, así como viene ocurriendo en Brasil, aunque
aclaró que la relación entre el virus y la malformación aún no está
científicamente comprobada.
Para la especialista, "el
zika es la causa más probable (para el aumento de los casos de microcefalia)
hasta que se pruebe lo contrario".
"No se sorprendan si
comienzan a notificarse casos de microcefalia en otras regiones de Brasil y en
otros países", afirmó tras destacar que algunas naciones que ya
enfrentaron epidemias de zika están verificando con estudios retrospectivos que
también tuvieron casos de microcefalia.
"Tengo otros países en mi
pantalla de alerta. Colombia, por ejemplo, que tiene un sistema de salud muy
fuerte, ya está estudiando muestras de mujeres embarazadas que contrajeron
zika", afirmó Chan, quien visitó Brasil acompañada por la directora de la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne.
Sobre los Juegos Olímpicos,
afirmó que Brasil viene realizando un importante trabajo con el Comité Olímpico
Internacional (COI) para reducir los riesgos y garantizar que el evento sea
algo "agradable" para los brasileños, el público y los propios
atletas.
Agregó que, además del trabajo
importante para eliminar el mosquito transmisor del dengue, la ventaja es que
agosto, mes en que se disputarán los Olímpicos, es tradicionalmente la época
con menos incidencia del Aedes aegypti por ser una época seca.
"Los científicos dicen que
en agosto la población del mosquito estará en sus niveles más bajos",
afirmó, en lo que fue reforzada por el ministro brasileño de Salud, Marcelo
Castro, quien relató que la tendencia es que la población del Aedes aegypti
crezca hasta abril pero que comience a caer en mayo, hasta su nivel más bajo en
agosto.
La directora de la OMS dijo que
la eliminación del zika es un desafío "formidable" y difícil de
lograr debido a que el virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti aún es
un "misterio".
“Estamos lidiando con un virus
traicionero y lleno de incertidumbres, y por eso tenemos que prepararnos para
sorpresas", aseguró al reiterar que la situación puede agravarse a corto
plazo.
Chan, sin embargo, elogió los
esfuerzos hechos por el Gobierno brasileño para combatir el mosquito transmisor
de la enfermedad, la transparencia con la que viene tratando el problema y la
voluntad de compartir las informaciones que ha obtenido sobre el virus con
otros países y de buscar acuerdos de cooperación que permitan el desarrollo de
vacunas, nuevas tecnologías y terapias contra el zika.
Según la directora de la OMS,
Brasil es el epicentro de esta nueva epidemia que amenaza el mundo, pero el
Gobierno brasileño supo dar una respuesta adecuada.
"Los protocolos, los
conocimientos científicos y las tecnologías desarrolladas por Brasil van a
servir de guía para el resto del mundo. La que hemos visto en Brasil constituye
la mejor práctica para combatir este problema", aseguró.
El ministro brasileño de salud,
por su parte, afirmó que los científicos brasileños consideran que pueden
desarrollar una vacuna en un año, aunque, como cualquier producto, exige largas
e intensivas pruebas y serán necesarios otros dos años para poder utilizarla.
"Nuestra expectativa más
prudente es que podamos poner a disposición una vacuna contra el dengue en unos
dos años y una vacuna contra el zika en tres años", afirmó.
Chan, que estuvo reunida el
martes durante unas dos horas con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien
le explicó las medidas adoptadas por el Gobierno para intentar eliminar los
criaderos de mosquitos, visitó hoy centros científicos en las ciudades de
Recife y Río en los que se adelantan investigaciones sobre la enfermedad.
La OMS declaró el 1 de febrero
pasado una emergencia sanitaria de carácter internacional por la rápida
propagación del zika en el mundo y las posibles consecuencias de esta
enfermedad, entre ellas la posible relación con la microcefalia.
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