Uno de los grandes males del presente siglo es, sin dudas, el tráfico y consumo de drogas, en tanto se convierte en generador de otros daños a la
sociedad, como es el crimen organizado que lo sostiene, y la delincuencia a que
empuja a los consumidores que no pueden mantener el vicio con su propio dinero.
Esto ya lo sabemos. Lo que me llama poderosamente la atención es el
desenfoque y la espectacularidad con que se
trata la persecución y captura de
estos criminales.
Un buen ejemplo de ello es el caso reciente de El “Chapo” Guzmán,
reapresado en Sinaloa en este mes. De ese criminal se resalta su relación con
la actriz Kate del Castillo, su forma de operar y la jugosa fortuna que le ha
generado su “negocio”. Pero pocos han calculado y parece que ni les importa,
cuántos jóvenes valiosos con gran futuro para la sociedad a través de su
carrera, el arte o el deporte, han quedado como guiñapos humanos, llevando la
intranquilidad y la miseria a sus familias, luego de haber caído en ese mundo
maldito de la drogadicción.
Lo mismo podríamos decir del caso del reconocido narcotraficante y
excapitán del Ejército, Quirino Ernesto Paulino, quien regresó de su encierro
en Estados Unidos, como punta de lanza de sectores políticos y de la prensa,
acusando al expresidente Leonel Fernández de adeudarle 200 millones de pesos;
con un despliegue periodístico espectacular, como si se tratara de un gran
líder de nuestro país. Sin que tampoco le importara a nadie cuántos de esos
pillos que azotan nuestras calles a todas horas, sembrando el miedo y la
inseguridad de la población, llegaron a ese mundo con la droga de Quirino.
Ni hablar del recordado Figueroa Agosto o como se llamara, convertido
adrede en todo una celebridad, no por los funcionarios que involucró en sus
sucios negocios y la juventud a quienes sirvió de modelo para hacer dinero
fácil matando gente, sino por la belleza
de su Sobeida, las cirugías estéticas realizadas a sus divas y hasta por su
desempeño sexual, mostrado en un difundido video, vendido como pan caliente por
todo el país y las redes sociales.
Siempre he creído que los gobiernos (o los estados), tienen todos los
medios y mecanismos para combatir el narcotráfico adecuadamente, y así proteger
la sociedad de este terrible mal; pero no existe interés, pues son demasiado
los que se benefician de ese sucio negocio.
Por lo pronto, proteja a sus hijos, dele cariño, apóyelo en sus
proyectos para que estos malditos no se lo “malogren”.
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