
Paralelamente,
la investigadora analizó las informaciones que ofrecieron los medios de
comunicación sobre esos 30 casos, a través de los archivos de los diarios El
País y La Vanguardia y del canal de televisión Tele 5, de España. E hizo algo
más, analizó todas las noticias de agresiones o muertes de mujeres que se
divulgaron con anterioridad a cada uno de los casos analizados; con ello
estableció dos baremos, las noticias de muertes de mujeres desde cuatro días
antes al asesinato y desde diez días antes para determinar si hubo algún efecto
imitación.
Marzabal
descubre que, en el 92,1% de las informaciones sobre asesinatos de género,
nunca se cita las condenas que sufren los agresores. Y ese es un dato que
debería considerarse.
“Por
regla general, las informaciones abundan en datos de la víctima, incluso
divulgan una foto suya, casi nunca del asesino. A veces se recrean en aspectos
morbosos del crimen, aspectos todos ellos que terminan infundiendo miedo en las
mujeres. Y, nunca o casi nunca”, concluye, “se citan las consecuencias”.
Marzabal
recomienda ofrecer el teléfono de asistencia a maltratadas en este tipo de
informaciones y anima a que se divulguen las sentencias. Respecto a las
condenas, un reciente estudio del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)
señala que las penas han ido en aumento: la media ha subido a 18 años y tres
meses, a diferencia de los señalado en el estudio anterior (de 2012), cuando el
promedio de las condenas estaba en los 17 años. Sobre este punto, se aprecia en
diversos estudios cómo los jueces son cada vez más severos con la violencia de
género.
Cómo
progresa la idea de matar a la pareja en la mente del asesino es un asunto por
estudiar, que haría necesario algo así como un estudio forense de los casos.
“Habría que remontarse muy atrás,
estudiar la conducta del asesino con mucha anterioridad, a veces se pueden
tener algunas señales en las visitas que hace la pareja al médico”, apunta
Antonio Andrés Pueyo, criminólogo, psicólogo forense y director de la tesis de
Marzabal.
Pueyo
asegura que las estadísticas de Sanidad son más fiables que las de Interior a
la hora de calibrar los casos de maltrato de mujeres, e incluso los de
asesinatos.
“La
Guardia Civil ha hecho algún intento de hacer un análisis forense, pero en
realidad la investigación se limita a la instrucción del caso, que acaba con la
detención y la condena del agresor”, señala Marzabal en un artículo publicado
por el peiódico El País bajo el título: “30 asesinos de mujeres bajo la lupa”
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