Según estudios (como
este), el bostezar es uno de los vestigios más primitivos que poseemos los
humanos, heredados de nuestros animales ancestrales por procesos evolutivos.
Sucede que según se
plantean los estudios, el bostezar en un momento era un gesto emotivo que
expresaba empatía y creaba lazos sociales. Una forma de ver esto es observando
animales hoy día, en donde se hace evidente que muchos responden a los mismos
gestos que los demás del grupo, como señal de que "pertenecemos a la misma
manada".
Este comportamiento
es tan primitivo, que actualmente se encuentra en una de las partes más
profundas de nuestro cerebro, en nuestro "instinto animal" por así
decirlo, lo que lo hace tan difícil de evadir.
Interesantemente, el
estudio también arrojó como resultado que personas autistas son un 50% menos
propensas a contagiarse de un bostezo, precisamente porque los cerebros de
estas personas tienen anomalías que los segrega socialmente. Otro dato
interesante es que este fenómeno no se desarrolla completamente en humanos
hasta la edad aproximada de 4 años.
En cuanto a cuáles
animales hoy día se contagian con bostezos, la ciencia solo ha podido comprobar
este fenómeno en humanos y chimpancés, y posiblemente perros, aunque noten que
muchos otros animales (como todos los vertebrados) bostezan espontáneamente,
pero no de forma contagiosa.
Finalmente, el dato
más asombroso de todos quizás sea el hecho de que los bostezos se contagian no
solamente viendo a una persona bostezar, sino que en muchos casos hasta
simplemente escuchando un bostezo, y en algunos casos hasta con solo leer sobre
bostezos. Por lo que me pregunto, ¿cuántos bostezaron mientras leían este
artículo? Déjenme saber en los comentarios... :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario